Proctología

La proctología es la rama de la cirugía que se ocupa de las enfermedades del ano.

En Coloproctología Valencia diagnosticamos y tratamos las siguientes patologías:

  • Hemorroides
  • Fisura Anal
  • Condilomas Anales
  • Absceso y fistula anal
  • Quiste pilonidal
  • Incontinencia fecal
  • Hidrosadenitis perineal

Hemorroides

Las hemorroides o "almorranas" son unas venas situadas en la zona anal que todas las personas tienen de manera natural. Normalmente, no las notamos, pero pueden llegar a dilatarse excesivamente y ocasionar molestias, dolores y sangrados.

Los síntomas clásicos de la enfermedad hemorroidal son el dolor, prurito, prolapso o sangrado, que suele ser de sangre roja, fresca y de escasa cantidad.

Las hemorroides pueden complicarse con una trombosis (un coágulo de sangre en el interior de vaso sanguíneo), lo que desemboca en un dolor agudo que puede prologarse durante semanas. Estos episodios pueden repetirse con frecuencia y dejar pliegues cutáneos que, además de poco estéticos, conllevan molestias de diversa índole.

El diagnostico de la enfermedad hemorroidal se establece mediante examen físico (inspección anal, tacto rectal y anuscopia). Un proctólogo experto puede confirmar la presencia de hemorroides y descartar la presencia de patología tumoral rectal.  Por esta razón, es importante que en caso de presentar algunos de los síntomas anteriormente descritos, consulte a un especialista proctólogo para determinar las causas, seleccionar el mejor tratamiento, además de conocer el control y seguimiento apropiado en cada caso individual.

En cuanto al tratamiento, se recomienda a todos los pacientes que adopten medidas higiénico-dietéticas para conseguir un hábito evacuatorio sin esfuerzo, con reducción de la consistencia de heces, y que realicen una limpieza suave de la región anal.

En ocasiones puede ser necesaria la utilización de pomadas anti-hemorroidales tópicas que contienen corticoesteroides , anestésicos y antitromboticos en diferentes proporciones para disminuir la inflamación a nivel perianal y la sintomatología.

En caso de fracaso a las medidas previamente comentadas en nuestra clínica ofrecemos un tratamiento mini-invasivo sin dolor: el banding elástico o ligadura hemorroidal. Este procedimiento consiste en colocar una goma elástica en la base de la hemorroide para estrangularla. Al cabo de unos días se desprende con el tejido sobrante. Puede emplearse en varias sesiones y tiene muy pocos efectos secundarios si se realiza correctamente.

En paciente refractarios a estos tratamiento o con hemorroides externas, suele recomendarse el tratamiento quirúrgico. La hemorroidectomía (técnica de Milligan Morgan) es la cirugía más realizada hasta la actualidad. Consiste en quitar los grupos hemorroidales principales mediante un bisturí eléctrico. El empleo del láser en estas circunstancias no ha demostrado ser más eficaz. El efecto secundario más frecuente es el dolor anal que se suele producir entre la primera y la segunda semana. Realizada por especialistas en proctología es una técnica eficaz y con escasas complicaciones. Se realiza de forma ambulatoria con sedación y anestesia local.

 

Fisura Anal

La fisura es una pequeña herida o desgarro que se produce en el ano.

Suelen ser extremadamente dolorosas provocando sangrado durante y después de la deposición, picor, escozor.  En algunos casos puede complicarse produciendo una fístula anal.

Suele producirse tras un episodio severo de estreñimiento o a veces tras una diarrea prolongada. 

Se diagnostica mediante examen físico de la zona anal.

Se trata inicialmente con medidas higiénico - dietéticas evitando el estreñimiento y las heces duras. Al mismo tiempo se utilizan tratamientos médicos en forma de pomadas (con nitroglicerina o diltiazen) que actúan como relajantes del esfínter anal logrando calmar el dolor y favoreciendo su cicatrización.

En caso de fracaso se puede realizar una infiltración de toxina botulinica (Botox) en la región perianal con el objetivo de disminuir el tono esfinteriano y facilitar la curación de la fisura. Se trata de un tratamiento mini-invasivo que se realiza en la misma consulta con mínimos efectos secundarios y un alto porcentaje de éxito.

La cirugía es necesaria cuando la fisura no ha respondido a ninguno de estos tratamientos. En ese caso se realiza una sección parcial del esfínter anal interno con habitualmente la rápida desaparición del dolor y del sangrado. La aparición de incontinencia es excepcional y la tasa de curación muy alta si la realiza un especialista. Esta operación se realiza de forma ambulatoria con sedación y anestesia local y no requiere ingreso.

 

Condilomas anales

La condilomatosis anal se caracteriza por la aparición de verrugas en la zona anal (también llamadas condilomas acuminados o verrugas). Está considerada como una de las enfermedades sexuales más frecuentes. 

Las verrugas están producidas por el virus del Papiloma Humano (HPV), virus que ha sido clasificado con más de 50 tipos diferentes. 

Afecta indistintamente a hombres y mujeres. Los condilomas se propagan, generalmente, por la zona húmeda del área genital: sitios cálidos, labios mayores y menores, ano recto y boca. 

Los condilomas anales son una afección que afecta el área alrededor y dentro del ano. También pueden afectar la piel del área genital. Primero aparecen como pequeñas manchas o crecimientos, tal vez tan pequeños como la cabeza de un alfiler, y pueden crecer más del tamaño de un guisante. Por lo general, no causan dolor ni molestias a las personas afectadas. Algunos pacientes experimentarán síntomas como picazón, sangrado, secreción de moco o sensación de un bulto o masa en el área anal.

Está siempre indicado el tratamiento de estas lesiones ya que pueden conducir a un mayor riesgo de cáncer en el área afectada.

Si las verrugas son muy pequeñas y se encuentran solo en la piel alrededor del ano, pueden tratarse con una pomada. Sin embargo, cuando aumentan de tamaño o si están en la parte interna del ano, se deben extirpar quirúrgicamente. La cirugía proporciona resultados inmediatos. Esta operación se realiza de forma ambulatoria con sedación y anestesia local y no requiere ingreso.

En algunos casos, las verrugas pueden repetirse después de una eliminación exitosa, ya que el virus que causa las verrugas a menudo persiste en un estado latente en los tejidos del cuerpo. Actualmente es recomendado realizar un seguimiento de la zona anal para prevenir y detectar de forma precoz la aparición de nuevas verrugas o áreas sospechosas mediante anuscopia (exploración anal). Como precaución, las parejas sexuales deben ser controladas, incluso si no tienen síntomas.

La infección por algunos tipos del Papiloma Virus se ha asociado a displasia anal y cáncer anal sobretodo en pacientes inmunodeprimidos (pacientes VIH). Por esto se recomienda en estos grupos de riesgo el seguimiento estrecho mediante citologías periódicas y las biopsias repetidas mediante la anuscopia.

 

Absceso y Fistula anal

Un absceso anal es una cavidad infectada llena de pus que se encuentra cerca del ano o el recto y su gravedad dependerá del sitio donde se localice.

Una fístula anal es casi siempre el resultado de un absceso previo. Justo dentro del ano hay pequeñas glándulas. Cuando estas glándulas se obstruyen, se pueden infectar y se puede desarrollar un absceso. Una fístula es un pequeño túnel que se forma debajo de la piel y conecta una glándula anal previamente infectada con la piel en las nalgas fuera del ano.

En general, una fístula anal causa un bulto duro que segrega sangre o pus alrededor del ano, con la consecuente irritación de la piel, dolor e hinchazón de la parte afectada, molestias al permanecer sentado, hemorragia, dolor al defecar, puede ser persistente incluso horas después de la evacuación. Las heces pueden ir acompañadas de sangre con el consecuente manchado de la ropa interior. En ocasiones la inflamación puede genera fiebre y una sensación generalizada de cansancio.

Se trata de una enfermedad compleja, de hecho, la fístula es considerada como la lesión más preocupante de la patología anal por sus consecuencias, ya que se puede llegar a la incontinencia anal (falta de control en la defecación). Para evitar complicaciones más graves es muy importante que la fístula sea valorada por un proctólogo con experiencia. 

El diagnostico se realiza a través de la exploración de la zona afectada, a veces completado por exploraciones radiológicas como la ecografía anal o la resonancia magnética.

Una vez diagnosticada, el tratamiento de un absceso es quirúrgico y consiste en el drenaje de la cavidad infectada. Las fistulas más superficiales pueden tratarse mediante fistulotomía, que consiste en abrir el trayecto para que éste cicatrice de forma progresiva, con una probabilidad de curación de la fístula muy alta.

 

Quiste pilonidal

El quiste pilonidal, también llamado sinus pilonidal o quiste sacro, es una bolsa llena de líquido (quiste), que se desarrolla en el pliegue interglúteo (entre las nalgas) o en el área del cóccix. Normalmente este tipo de quistes contienen restos de pelo y piel.

Cuando un quiste pilonidal se infecta, forma un absceso, que suele drenar pus a través de un orificio en la piel de la región sacra, situación que causa dolor, mal olor, drenaje y, en ocasiones, fiebre.

El quiste sacro se puede presentar como un quiste simple, un absceso agudo con o sin inflamación de la piel de la región sacra o un orificio en la piel que drena de forma crónica.

El manejo conservador de esta patología se limita a la depilación láser y a la toma de antibiótico en caso de sobreinfección. No obstante, ambas medidas no suelen resolver el problema una vez establecido. Por lo tanto, la cirugía es necesaria si se pretende evitar problemas futuros o la progresión de la enfermedad. No es una enfermedad tumoral pero sí deteriora la calidad de vida de los enfermos.

Los pacientes afectos de un quiste pilonidal pueden debutar con dolor, una tumoración sacrocoxígea fluctuante o supuración activa o crónica que se origina en un sinus en la línea media glútea. Por lo general, el examen físico revela la existencia de un o varios poros en la línea media glútea con posibles trayectos fístulosos múltiples dependiendo de si ha habido episodios de sobreinfección previa no controlados.

En caso de absceso, lo más apropiado es el desbridamiento mediante una incisión simple asociado a antibioterapia.  La cirugía definitiva consistirá en una excisión del sinus pilonidal, de forma ambulatoria, con anestesia local o raquídea. La excisión completa conlleva la eliminación del sinus pilonidal así como de todos sus trayectos fistulosos, en caso de existir.

 

Incontinencia fecal

La incontinencia fecal es una condición que ocurre cuando la persona tiene dificultad para retener las heces hasta que pueda llegar al baño. A veces puede que las heces se salgan por accidente. 

Los músculos y nervios del recto y el ano mantienen las heces en el recto hasta que la persona esté lista para defecar. Un músculo en forma de anillo, llamado esfínter anal, funciona como una liga o banda de caucho alrededor del ano para mantenerlo firmemente cerrado. 

La incontinencia fecal supone un verdadero problema para quien lo sufre con un importante deterioro en la calidad de vida de los pacientes. Contra lo que pudiera parecer, es relativamente habitual. En concreto, la prevalencia es del 8-9% en la población española (una cada 12 personas). Un porcentaje que llega al el 15% (una cada 6 personas) en mayores de 70 años.

El primer paso en la valoración de la incontinencia anal es determinar la causa de este problema ya que puede ser secundaria a la ruptura del esfínter, a patologías intestinales o neurológicas. El tratamiento puede ser medico o quirúrgico a según del diagnostico, pudiendo mejorar de forma significativa la calidad de vida de los pacientes en la mayoría de los casos.

 

Hidrosadenitis perineal 

La Hidrosadenitis Perineal  (popularmente conocida como “golondrinos” cuando afecta a la región axilar) es una enfermedad inflamatoria crónica que suele manifestarse en zonas cutáneas con gran densidad de glándulas apocrinas, principalmente en axilas, ingles y área perineal (espacio entre el ano y los órganos sexuales externos).

La principal causa de la Hidrosadenitis Perineal es la oclusión y sobreinfección de los folículos pilosos, afectando a las glándulas aprocrinas. Se caracteriza por la aparición de abscesos profundos y dolorosos, en ocasiones con fiebre asociada, que pueden formar fístulas con salida de pus.

Aunque se han probado numerosos tratamientos médicos, la única vía para erradicar la enfermedad es el tratamiento quirúrgico (exéresis), que consiste en eliminar la mayor cantidad posible del tejido enfermo, destruyendo las glándulas donde se desarrolla la Hidrosadenitis.